Seguros para gatos: cómo funcionan, qué ofrecen, beneficios y todo lo que necesitas saber

Los que convivimos con gatos sabemos que su salud y bienestar es nuestra prioridad. Acudir a buenos profesionales veterinarios garantiza poder prevenir enfermedades, y poner remedio cuando la salud de nuestros mininos se tambalea. Pero eso implica un gasto económico importante. Una opción muy buena para ganar en equilibrio entre salud, tranquilidad y coste es contratar un seguro veterinario para gatos. Te contamos las ventajas. 

En muchos países es bastante común contratar seguros de salud para nuestros animales, pero en España aún hay bastantes resistencias, normalmente por falta de conocimiento de  cómo funciona y qué beneficios tiene. Por ello, en Cosas de Gatos te explicamos cómo funcionan los seguros veterinarios para gatos. 

Qué es y cómo funciona un seguro para gatos

El seguro para animales domésticos, en este caso para gatos, es un servicio que ayuda a cubrir los gastos veterinarios de nuestros queridos mininos. Si tienes seguro médico para ti, seguramente ya tengas nociones de cómo funciona estos tipos de servicios: se paga una cuota (mensual o anual) y la aseguradora contratada cubre total o parcialmente el coste de ciertas atenciones veterinarias. 

Los seguros para gatos se clasifican según lo que cubren, siendo 3 las opciones más habituales:

1. Daños del gato (accidente, robo, extravió, etc.)
2. Asistencia veterinaria por enfermedad o accidente
3. Responsabilidad civil 

Otra de las cosas interesantes a tener en cuenta es que los seguros suelen ofrecer dos modelos para usar su servicio: o una red de clínicas asociadas o un reembolso libre.

¿Puedo seguir yendo al veterinario de siempre?

La respuesta es depende. Como decíamos, si tu empresa de seguros trabaja con una red de clínicas propias o específicas, deberá coincidir que tu veterinario forme parte de ellas. En esos casos, cuando vas a la clínica concertada, o no pagas nada, o pagas un pequeño copago, porque es la empresa del seguro la que paga directo a la clínica. 

Pero la mayoría de aseguradoras funciona con reembolso, o bien ofrecen un servicio mixto entre clínicas asociadas y propias, y la posibilidad de reembolso libro.

En esos casos, tú puedes ir al veterinario que quieras, pagar el servicio y pedir la factura, y luego enviar la factura a la compañía del seguro para que reembolse el coste (siempre que tu cobertura cubra ese coste). Las compañías de seguros suelen tener sistemas sencillos de formularios o similares, a veces piden el informe clínico, además de la factura, etc. 

Qué incluye un seguro veterinario para gatos

Los seguros para gatos suelen variar mucho, sobre todo en función de lo que contrates. Normalmente, hay coberturas básicas y coberturas más completas. 

Las coberturas básicas suelen incluir:

• Urgencias y accidentes como caídas, atropellos, heridas, golpes, etc. 
• Consultas veterinarias para problemas de salud como pueden ser problemas digestivos, infecciones, dificultades respiratorias, etc. 
• Cirugías e intervenciones básicas
• Medicación prescrita
• Pruebas diagnósticas habituales como radiografías, analíticas, ecografías, etc. 

Las coberturas más completas suelen incluir:

• Vacunas
• Desparasitación
• Revisiones preventivas
• Esterilización o castración
• Hospitalización
• Responsabilidad civil, esto está pensado por si nuestro gato causa daños a terceros.

Para qué necesito un seguro con responsabilidad civil, si mi gato no sale de casa

La responsabilidad civil puede parecer que es un servicio raro para un gato que no viva en semilibertad. Pero hay que tener en cuenta que este tipo de cobertura cubre cosas como los daños personales o materiales que el gato puede causar a otras personas o a sus bienes. 

Dicho de otra manera y con ejemplos más visuales, esto cubriría si el gato araña o muerde a una visita y la persona necesita atención médica; o si el gato cayese o saltara por la ventana y causara un daño al hacerlo (por ejemplo, que pase alguien y le caiga encima o que rompa algo); si tenemos un gato escapista que se cuela en casa del vecino y le rompe algo, etc. 

Es verdad que son situaciones poco frecuentes pero pasan. Y en estos casos, la aseguradora se hace cargo de los gastos de indemnización (es decir: abogados, defensa legal o acuerdos extrajudiciales, etc.); eso sí, siempre que esté contemplado en la póliza.

Cuánto cuesta un seguro para gatos

Si te estás planteando contratar o no un seguro para tu amigo felino, lógicamente rondará la pregunta clave: ¿por cuánto me va a salir? Pues la verdad es que seguramente por menos de lo que te pensabas. 

El precio del seguro varía mucho según la compañía, la cobertura, y otros factores que te explicamos. 

Precio según la cobertura

Como te contábamos, las aseguradoras suelen ofrecer diversas opciones, desde coberturas más simples y básicas, a coberturas más avanzadas. Y, obviamente, el precio es distinto para cada caso.

En España, el precio medio de un seguro básico que solo cubre accidentes y urgencias es entre 6-10€/mes. Y coberturas más completas suelen costar entre 12-35€/mes. En estos casos suele haber más de una modalidad, una que cuesta entre 12-20€/mes que cubre accidentes y enfermedades, y otra más completa que también incluye temas de prevención, responsabilidad civil, etc. 

Hay que tener en cuenta que el precio también cambia según si es con red propia o con reembolso libre, y muchos seguros incluyen un límite anual máximo (de unos 1.000 o 5.000 € de media, según la cobertura contratada). 

Precio según el gato

Otra de las cosas que influye en la cuota a pagar en el seguro son factores del gato: edad del minino (cuanto más mayor, más caro); estado de salud (si tiene enfermedades previas, pueden excluirse del seguro o subir el coste); raza (porque hay razas que tienen una predisposición genética a sufrir ciertas enfermedades como los persas con temas respiratorios o los sphynx con complicaciones de la piel); si el gato tiene acceso al exterior o es un gato indoor, etc. 

¿Lo puedo empezar a usar nada más contratarlo?

Esto es una muy buena pregunta. Y de nuevo la respuesta es depende. Tienes que consultar bien las condiciones del seguro contratado, porque como pasa con los seguros para humanos, la mayoría de pólizas tienen un período de carencia. Esto es que, según el servicio que necesites usar, tendrás que esperar un tiempo, que pueden ser días o incluso meses. 

Ventajas de contratar un seguro para gatos

Es tu decisión valorar si te merece la pena o no, pero realmente da una tranquilidad y una seguridad que seguramente te merezca le pena. Y por poco que lo uses, suelen compensar.

Si necesitas más argumentos, aquí los tienes:  tranquilidad emocional y tranquilidad financiera. La verdad es que no sabríamos decirte qué pesa más, si una cosa u la otra, dependerá de tu propia situación. Pero es cierto que teniendo un seguro contratado (y cuanto antes mejor, porque cuanto más mayor sea el gato, más caro te saldrá), sabes que puedes afrontar un imprevisto sin arruinarte, y eso da mucha paz y tranquilidad. Y prevención y revisiones al día; no nos engañemos, el hecho de tener un seguro contratando muy probablemente haga que visites más a menudo el veterinario, especialmente si tu póliza cubre temas de prevención y revisión. 

¿Qué tengo que tener en cuenta para escoger el seguro veterinario de mi gato?

Con todo lo que te hemos contado, ya tienes información suficiente para que puedas revisar qué seguro te conviene más. 

Pero para ponértelo aún más fácil, te compartimos un resumen de las cosas principales a tener en cuenta a la hora de escoger el tipo de cobertura:

1. Consulta el período de carencia. Como te decíamos, no siempre vas a poder usarlo inmediatamente, así que planifica bien cuándo lo vas a necesitar, y cuenta con ese tiempo de carencia para hacerlo.
2. Valora el tipo de cobertura que necesitas. Haz cálculos de lo que has gastado hasta ahora, qué tipo de consultas y servicios has necesitado, qué puedes prever que tu gato va a necesitar en el futuro (teniendo en cuenta que seguramente necesitará más asistencia  a medida que pasen los años, etc.). Y a partir de ahí, escoge la cobertura más adecuada. También puedes preguntar a la aseguradora si luego podrías ampliarla, en caso de optar primero por una cobertura más básica, para probar. 
3. Infórmate sobre las condiciones, como el límite máximo de cobertura. Qué cantidad anual cubre.
4. Escoge según las clínicas veterinarias. Y aquí ten en cuenta lo que comentábamos de si funcionan con clínicas concertadas, o con reembolso (si es con reembolso, recuerda que tendrás que adelantar el dinero). 
5. Ten en cuenta la edad y la condición de salud de tu gato. Si tiene enfermedades previas, si por su raza tiene condiciones especiales, etc. 

Ojalá toda esta información te ayuda para encontrar la opción que más se ajusta a ti, y que tu gato sea feliz y esté sano, por muchos años más.